La magíster Lizeth Vergaray, especialista en Interculturalidad y Derechos Humanos, analiza la situación de los pueblos indígenas del Perú frente a la crisis sanitaria del coronavirus.
En el Perú viven actualmente 55 pueblos indígenas u originarios, de los cuales 51 son originarios de la Amazonía y 4 de los Andes, la población indígena se encuentra entre los grupos más afectados y vulnerabilizados por la covid19 en nuestro país, por sus diversas condiciones de pobreza, escasos servicios de salud, y falta de acceso a los mismos, evidenciando una vez más las profundas desigualdades en nuestro país.
Durante la visita del presidente Vizcarra a Pucallpa el pasado 18 de junio, los dirigentes de las comunidades amazónicas han solicitado acción rápida y efectiva de parte del Estado Peruano, entre sus principales demandas se encuentran: equipar y poner en funcionamiento a los centros de atención de salud intercultural, implementar farmacias comunitarias con medicinas y balones de oxígeno, ambulancias fluviales, atención médica que respete sus lenguas originarias y su idiosincrasia, bonos comunitarios indígenas, implementar los comandos COVID comunitarios con la orientación del personal médico y los sabios y sabias de la medicina tradicional, programas inmediatos de reactivación económica para la economía indígena cumpliendo protocolos con sabiduría intercultural.
Ante estas demandas el Gobierno ha brindado respuesta a través del bono familiar universal y asimismo en el mensaje presidencial del 28 de julio el Presidente anunció la aprobación del Plan de intervención para comunidades indígenas y centros poblados rurales de la Amazonía para enfrentar el COVID-19 con 74 millones de soles, sin embargo, no se conoce aún en qué consiste el plan, si es que toma en cuenta las demandas y saberes interculturales de las comunidades. La garantía que el bono y el plan beneficie a todas las comunidades genera incertidumbre por las propias limitaciones que presenta el Estado para llegar a las familias más necesitadas, principalmente de pueblos indígenas.
Frente a ello, ¿cuál es la respuesta de la población indígena?, que a pesar de su situación han demostrado capacidad de organización, autogestión y agencia desarrollando diversas medidas de prevención y protección desde sus propios saberes y prácticas ancestrales.
A continuación, algunas de tantas iniciativas desarrolladas por las comunidades indígenas:
Las organizaciones regionales CORPIAA y URPIA de la Provincia de Atalaya han puesto en marcha la implementación de la “Casa de Sanación”, espacio de atención a potenciales pacientes e infectados por la COVID-19 que cuenta con una farmacia con medicamentos, un ambiente con los materiales derivados de plantas medicinales y recibe orientaciones de profesionales de salud.
En Pucallpa y Yarinacocha un grupo de diez jóvenes comunicadores interculturales shipibos- konibos conformaron el “Comando Matico”, quienes utilizan el matico como planta medicinal para elaborar preparados naturales y así atender a indígenas contagiados(as) por COVID-19, incluso envían a los pueblos que más lo necesitan y han producido videos que explican su elaboración.
Las lideresas indígenas amazónicas de los pueblos Harakbut, Shiwilu y Yine (de Madre de Dios, Loreto y Alto amazonas), han desarrollado la iniciativa de conservación de los bosques, ellas son “guardianas de los bosques” quienes usan las plantas medicinales para reforzar el sistema inmunológico del aparato respiratorio.
Los pueblos indígenas andinos también han tomado iniciativas de economía solidaria para enfrentar la crisis económica frente a la pandemia a través de la minka, el ayni, el buen vivir o sumak kawsay para que así trabajen la tierra de manera comunitaria.
Estas iniciativas constituyen un ejemplo para el país, es clave canalizar y apoyar sus demandas, si bien sus iniciativas demuestran su capacidad de gestión frente a la emergencia, el Estado debe responder de manera inmediata e involucrarlos, escuchando sus voces para conocer sus necesidades, sus sentires, sus saberes y sus propuestas.