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01/03/2021

Aprendizaje Global en la Red de Colegios de Alto Rendimiento

Eric Torres, delegado de nuestra Comunidad de Ex Alumnos PUCP en Estados Unidos-Región 4, comenta acerca de la investigación sobre aprendizaje global en la Red de Colegios de Alto Rendimiento (COAR) del Perú que se viene desarrollando desde el 2016.

En un mundo como el nuestro que últimamente experimenta cambios tan vertiginosos, y en donde los conflictos culturales, políticos, económicos y sociales desafían los modos más tradicionales de vida e interrogan críticamente las posiciones más progresistas, la educación pública tiene un rol importantísimo que cumplir. A saber, promover la paz y comprensión social, la interacción positiva y productiva entre individuos y sus comunidades, y la coexistencia pacífica y sostenible de las naciones a nivel global. 

En un trabajo de investigación sobre aprendizaje global en la Red de Colegios de Alto Rendimiento (COAR) del Perú que se viene desarrollando desde el 2016, por profesores y estudiantes de los Departamentos de Educación de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad de Wisconsin-Eau Claire, hemos advertido que “el desafío más significativo que surge cuando se consideran los temas de diversidad cultural y aprendizaje global en el Perú parece estar relacionado con las tensiones que surgen frente a cualquier intento de transformar jerarquías coloniales en relaciones democráticas entre culturas y se hace el intento de reconciliar concepciones del mundo que contrastan entre si.” (Torres, 2018)

En este estudio hemos tratado de vislumbrar el modo como, sorprendentemente, en la práctica, el currículo sobre diversidad cultural viene moldeando de un modo efectivo políticas públicas sobre el aprendizaje global en el Perú. Asimismo, hemos tratado de identificar las consideraciones éticas y las implicancias políticas que el aprendizaje global presenta a la escuela pública, a nuestros programas de educación magisterial y a la universidad en general.

La primera fase del estudio se realizó durante cuatro años consecutivos en las sedes COAR de Lima y Lambayeque. A pesar las diferentes circunstancias históricas en la implementación del programa en ambas sedes, ha sido posible identificar con claridad cuatro disposiciones actitudinales en las personas individuales de los estudiantes que les permiten navegar con asertividad la agitada intersección entre diversidad cultural y aprendizaje global. 

Primero, los estudiantes son conscientes de que su proceso educativo supone un complejo proceso de formación de identidad. Declaran que han obtenido un sentido de agencia para ejercer sus derechos y asumir las responsabilidades que les corresponde, así como un sentido de interdependencia personal en servicio de una sociedad nacional pluralista y una ciudadanía global.

En segundo lugar, como estudiantes que entienden la diversidad cultural de su propio origen, declaran haber desarrollado consciencia sobre la necesidad de tomar decisiones informadas que se traduzcan en acciones responsables para hacer frente a los desafíos éticos, sociales y ambientales de su época.

En tercer lugar, como estudiantes conscientes de su contexto global, demuestran ser capaces de integrar y aplicar conocimiento y habilidades desarrollados para responder discursivamente y en la práctica a los complejos desafíos globales desde su perspectiva local.

Finalmente, como personas que aprenden en un contexto global, los estudiantes demuestran capacidad de conectar críticamente sus valores desde el contexto local y con el contexto global para reconocer y anticipar posiciones potencialmente conflictivas durante el proceso de interacción social y cívica.

Resultados como estos son muy difíciles de obtener en plazos tan cortos. El programa lo viene logrando. Aun cuando hay mucho más por dilucidar en la segunda fase del proyecto a desarrollarse en Cusco y Madre de Dios, ha sido interesante la acogida del reporte y la respuesta que ha generado en dos conferencias internacionales sobre educación multicultural en Boston, EEUU y Ámsterdam, Países Bajos. Esta es una experiencia única por su género y magnitud. No hay una experiencia semejante en ninguna otra parte del mundo.

Los resultados son extraordinarios. De un modo inadvertido aún por muchos, el programa no habla del futuro, sino de la realidad de jóvenes que se asumen efectivamente como agentes de cambio social. Habla de una nueva élite intelectual provinciana, más sofisticada, menos pretenciosa, de raigambre ética, que se afirma y fortalece únicamente en su capacidad de aprender y que, finalmente, tiene como proyecto de vida la mejora de su pueblo. A mi juicio, es resultado de una política de estado muy acertada, que debe continuar.