Más de 12 millones de peruanos tienen empleos informales. Con la crisis sanitaria, esta situación ha empeorado y se ha hecho aún más evidente las condiciones en las que laboran las y los trabajadores. Durante el 2021 –de acuerdo al reporte del INEI– más de 940 mil personas han perdido sus empleos en los sectores privados. ¿Cómo detener este problema endémico?
Es importante señalar que la informalidad, es toda forma de ocupación que se ejerce fuera del marco legal, al margen de las cargas tributarias, no cuenta con la protección legal, ni derechos básicos. Informal, puede ser aquel que trabaja en un empleo dependiente y no recibe seguro de salud; trabaja en un emprendimiento y no recibe ningún pago; o incluso si es dueño de algún negocio informal y se encuentra desprotegido.
Según el INEI, a comienzos de la década pasada, nuestro país registraba una tasa de informalidad laboral del 77.1%, la cual se redujo al 71.6% en el cuarto trimestre de 2019, y luego por la pandemia ascendió al 73.4%.
Y, en el reciente informe de la OIT, publicado hace unas semanas, del 100% de empleos en Latinoamérica el 81% de empleos han sido creados desde la informalidad. Una de las cifras más altas de la región, por debajo de Argentina (82%) y Paraguay (91%).
¿Por qué tenemos tanta informalidad?
En la Política Nacional de Empleo Decente, aprobada en junio del 2019, se señala que existen seis causas directas e independientes del déficit de empleo decente: a) bajo capital humano de la fuerza laboral que afecta a sus competencias para el trabajo, b) débil vinculación entre oferta y demanda laboral, c) empleo generado con baja productividad, d) limitaciones en la regulación para la protección de los trabajadores, e) desigualdad en oportunidades de empleo, f) desfavorable entorno social e institucional.
En este sentido, la informalidad laboral se ocasiona con un bajo capital humano y nulo acceso a una contratación formal, así como también escasa productividad y falta de recursos para cubrir un salario mínimo elevado.
Según Javier Dolorier, abogado laboralista egresado de la PUCP y socio principal de la firma G & D Abogados. Hay una causa que tiende a estar enfocada en mayor parte hacia la responsabilidad del empleador. “El empleador pese a que tiene un régimen laboral mype prefiere no contratar por mype sino por informalidad”, mencionó.
Las innumerables causas que ocasionan la informalidad laboral supone un gran problema para nuestra sociedad y no garantiza el desarrollo económico e igualitario. Sin embargo, no todo está perdido, quedan aún acciones que se deben proponer para cambiar progresivamente esta situación.
¿Qué se puede hacer?
Para el exministro de Trabajo y egresado de la Facultad de Derecho PUCP, Javier Palacios, esta debilidad debería estar reforzada por normativas propuestas por el Estado que ayuden a disminuir este problema. “La gran causa es que al Perú le ha faltado regularidad y continuidad en las políticas públicas para abordar este problema”, mencionó.
Las políticas y legislaciones que el país necesita para revertir el precario mercado laboral requieren de un trabajo desde el Poder Ejecutivo y el Congreso.
En el mismo sentido, Javier Dolorier, agrega que “se necesita una estructura jurídica que acompañe las decisiones de carácter económico, se incremente el PBI, exista un crecimiento de las grandes empresas que puedan contratar trabajadores formales, exista un sinceramiento de costos laborales de acuerdo a cada empresa, y finalmente, exista una legislación laboral que vaya acompañada con miras al futuro. No es un problema que se solucione a corto plazo sino va a tomar una política de 20 a 25 años”, dijo el destacado letrado.
Javier Palacios, agrega como propuesta que el Estado debe mirar con antelación los próximos escenarios, que en un mundo digital, hemos descubierto nuevas competencias digitales antes no exploradas. “Hay que comenzar a generar espacios con miras a un escenario futuro virtual, muchas personas no están capacitadas para desarrollarse en las plataformas digitales y eso va a ser un impedimento de desarrollo”, comentó.
Si bien, la actual cartera del Ministerio de Trabajo propone una política de reforma laboral, esta no estaría garantizando un verdadero progreso de cambio en el sector informal, sino por el contrario los efectos podrían ser considerablemente desfavorables.
“Lo que va a ocurrir es que la brecha que existen entre trabajadores formales e informales se va a abrir más. Estas políticas de reforma laboral lo que trata es volver más rígida la contratación laboral y eso disuade a los agentes económicos que no quieren invertir”, mencionó Javier Dolorier.
El notable abogado, reafirmó que “todas las políticas del liberalismo que establecen restricciones al libre juego de la oferta y la demanda lo que hace es encarecer indebidamente la mano de obra y disuadir la contratación formal”.
Si bien en el 2020, se realizaron determinadas acciones que impulsaron la contratación de más personas, no ha sido del todo suficiente.
Un flashback al pasado
En el 2020, el MTPE puso en marcha el Programa Trabaja Perú, un plan con el objetivo de generar empleo temporal en sectores como infraestructura básica, social y económica, mano de obra no calificada, entre otras actividades destinadas a la población en edad de trabajar. Con este programa se logró establecer 180.000 empleos temporales para el cierre del 2020.
Por otro lado, la aprobación de la Política Nacional de Empleo Decente busca promover en seis objetivos prioritarios las condiciones necesarias para que la población económicamente activa ocupada acceda a un trabajo digno y productivo.
Se renovó la plataforma de la Bolsa de Trabajo, Certificado Único Laboral y de Capacitación Laboral del MTPE, por medio de la herramienta digital, los ciudadanos que buscan empleo pueden acceder de manera ágil y sencilla a los trámites y documentos, así como los servicios de capacitación.
Finalmente, la situación de la informalidad no cambiará ahora pero el Estado tiene un compromiso, desde hoy, de reorientar soluciones alcanzables para este gran sector informal. Que aún no recibe una luz esperanzadora.