Columna de Opinión
18/11/2021

Alto grado de conciencia medioambiental como parte de la “Mentalidad alemana moderna”

Con la colaboración de: M.Sc. Grecia Castillo Solis Castillo – Egresada PUCP (Ing. Industrial) 

 

Cuando escucho la frase “tener una mentalidad alemana”, soy consciente de que no solo se hace referencia a la disciplina, orden, respeto, puntualidad y eficiencia; sino que, también, se asocia al alto grado de conciencia en cuanto al cuidado y conservación del medio ambiente.

Durante mis primeras semanas como estudiante de maestría en Stuttgart, Alemania (a mediados de 2016) me adapté a rutinas cotidianas que difícilmente hubiese realizado en Lima. Para empezar, debía separar cuidadosamente los residuos sólidos en orgánicos, no reciclables, vidrio (por colores), cartón/papel, metal y plásticos/empaques (este último grupo en particular se segrega en la llamada bolsa amarilla “Gelber Sack”). Al inicio era confuso (tomando en cuenta la complejidad del idioma alemán) ya que esta clasificación es muy ordenada y estricta; aquí, las reglas deben ser seguidas al pie de la letra por todos.

Luego de ese primer reto interesante, llegaba el segundo aún más complejo para mí: ¡Aprender a manejar bicicleta! Debía hacerlo ya que era eficiente, limpio, rápido, saludable y me ayudaría a llegar a tiempo a lugares no cubiertos por el transporte público. Luego de seis meses manejando bicicleta, mejoré mi salud y perdí los 10 kilos de sobrepeso que tenía pendiente desde hacía 5 años. Fue una maravilla descubrir que pequeñas acciones podían cambiar muchas cosas en mi cuerpo, mente y al mismo tiempo ayudaba a reducir mi huella de carbono.

A medida que pasaban los meses me di cuenta de que estaba a mi alcance reducir mi consumo de carne y así lo hice gradualmente. Definitivamente no fue fácil, pero el tener compañeros, profesores y amigos vegetarianos ayudó mucho. Ahora mi consumo de carne se ha reducido a solo 2 veces por semana (de preferencia sólo pescado o pollo) comparado con mi dieta alta en carne que tenía hace cinco años. Cabe resaltar que cerca del 10% de la población alemana es vegetariana o vegana (Fuente: https://organic-market.info/news-in-brief-and-reports-article/germany-9-3-million-vegetarians-and-vegans.html – 2017).

Cuando se pasa mucho tiempo en una sociedad con alto grado de conciencia ambiental, se normalizan ciertos comportamientos y tecnologías eco amigables. Ahora en 2021, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que vivo prácticamente en el medio del bosque, la casa tiene un sistema de “Rainwater Harvesting” (cosecha de agua de lluvia que se usa para regar los jardines en épocas secas), puedo alquilar un auto eléctrico a través de un aplicativo, escojo productos cuya producción ha sido ecológica y socialmente responsable, observo paneles solares en los tejados de las casas, parques eólicos cercanos a las carreteras, etc.

Luego de vivir en Alemania y pasar por dicha metamorfosis personal, llego a la conclusión de que la educación de alta calidad, innovación, reglas/leyes estrictas para todos sin distinción y disciplina han sido los ingredientes necesarios para formar dicha “mentalidad alemana moderna”. Considero que el Perú tiene el potencial como nación para lograr esa metamorfosis, pues somos creativos, innovadores, dueños de una envidiable biodiversidad y, sobre todo, contamos con nuevas generaciones mucho más conscientes. Soy optimista y sé que llegará el día en el que tenga que escribir algún artículo con el siguiente título: “Un cambio radical de paradigma conllevó a un alto grado de conciencia medioambiental – El caso peruano”.