Brújula Noticias #76 Emprende PUCP
03/10/2020

Generando bienestar mediante las Artes Expresivas

Conoce detalles de este emprendimiento del que es parte Carmen Aldana, licenciada en Psicología Clínica por la PUCP y magíster en Terapia de Artes Expresivas. Esta iniciativa busca brindar un espacio de bienestar, escucha y creación para los colaboradores de instituciones y empresas, tanto a nivel individual como grupal, a través de las Artes Expresivas

Carmen Aldana es una psicóloga de gran experiencia, quien a lo largo de su trayectoria profesional ha trabajado tanto en la parte clínica, así como también en proyectos de salud mental comunitaria y en asesorías a instituciones y empresas.

Una de sus principales mentoras durante sus inicios como profesional fue la magíster Elizabeth Kreimer, psicóloga de la PUCP y psicoterapeuta psicoanalítica formada en la Clínica Tavistock de Londres, quien le inculcó la pasión y creatividad en la investigación cualitativa tanto en el campo clínico como en el social. “Al finalizar mis estudios en psicología, mi primer trabajo fue como asistente en una investigación en antropología médica sobre culturas de salud y medicina tradicional a cargo de Elizabeth Kreimer. A través de este trabajo puede acercarme a comprender diferentes formas de percibir y pensar de curanderos y poblaciones migrantes en Lima, cuyos testimonios hacían referencia a un mundo simbólico relacionado a la medicina tradicional del interior del país”, señala.

En su trabajo como psicoterapeuta de niñas, niños y adolescentes y desde proyectos de salud mental comunitaria, ella pudo conocer de manera cercana los beneficios que el arte y la creatividad generan en el bienestar de las personas. Por ello decidió estudiar en TAE PERÚ y la Maestría en Terapia de Artes Expresivas en la Universidad European Graduate School en Suiza para poder especializarse. “La Terapia de Artes Expresivas es una disciplina que pone al centro la imaginación y el arte como aspectos saludables del ser humano, que nos permiten sostenernos, conectarnos con nosotros mismos y con los demás, cuestionar la realidad y anticipar otra, sorprendernos y seguir desarrollando nuestros recursos. Plantea también que ante situaciones que nos limitan o aquejan podemos responder a través de hacer arte, del juego o los rituales creando imágenes que nos impactan, que albergan contradicciones o conflictos y nos ayudan a transformar nuestra situación. Es llamada también Artes Expresivas ya que no sólo se trabaja en contextos terapéuticos, sino también educativos, organizacionales, comunitarios o de construcción de la paz”, explica.

Carmen Aldana, licenciada en Psicología Clínica por la PUCP y magíster en Terapia de Artes Expresivas.

Durante los últimos años, realizó una consultoría desde la terapia de artes expresivas con un enfoque comunitario en un centro educativo. “Con Natalia Parodi y Elisabeth Osés, terapeutas de artes expresivas y colegas, vimos la importancia de trabajar el soporte emocional y creativo de todos aquellos involucrados en la tarea educativa, sean profesoras, psicólogas y directivos, incluyendo también a padres de familia. De tal manera que puedan tener un espacio de acogida a sus vivencias y a su capacidad creativa, y compartiendo todo ello sean una red de soporte unos con otros”, afirma.

Por otro lado, con las psicólogas comunitarias Nélida Baca y Martha Laberiano también plantearon brindar soporte emocional al personal de las instituciones que atienden problemáticas álgidas como la violencia familiar o la vulneración de derechos. “Ser integrantes del Grupo de Salud Mental de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, nos ha permitido tomar en cuenta los aprendizajes de los trabajadores en salud mental y ver lo imprescindible que es prevenir el síndrome de agotamiento profesional y la necesidad de acciones en ese sentido”, sostiene.

Toda esta experiencia laboral, sumado al contexto actual de la pandemia del coronavirus, la llevaron a emprender un nuevo proyecto, junto a su colega Romina Granda, música y magíster en Artes Expresivas y Coaching. “Desde que empezó la pandemia pasamos muchas semanas convergiendo en ideas, participando en propuestas de artes expresivas y apreciamos la necesidad de contar con espacios al interior de las instituciones que permitieran a las personas conectarse vivencialmente desde sus recursos creativos y poder, de alguna manera, canalizar y transformar aquello que los afecta”, expresa.

Fue así que ambas crearon este emprendimiento de soporte emocional y creativo para instituciones y empresas, en el que cuentan con un equipo interdisciplinario de profesionales de mucha experiencia. “A través de nuestro servicio buscamos co-crear un espacio de bienestar, escucha y creación para las y los colaboradores de instituciones y empresas”, señala.
Mediante esta iniciativa, ellas ofrecen dos tipos de servicios que se complementan: uno enfocado a nivel individual y otro a nivel grupal, con propuestas flexibles que varían de acuerdo a las necesidades que pueda presentar cada grupo humano. “A nivel individual planteamos que las personas tengan tres sesiones de artes expresivas donde puedan ser escuchados, tener una experiencia de arte que les permita fortalecer sus recursos, y crear. A partir de esto reflexionar y llegar a algunas pistas o alternativas frente a alguna inquietud o dificultad que se planteen”, explica.

“A nivel grupal, planteamos talleres de acompañamiento en los cuales los y las colaboradores comparten experiencias lúdicas, de arte o de carácter ritual. Buscamos que las artes sean cercanas a las personas, y aunque esto puede significar un reto, lo disfrutan porque se da en un contexto de confianza que anima a crear. Nos parece importante trabajar con los líderes para identificar los temas más relevantes para el personal, por toda la responsabilidad que tienen y al mismo tiempo este proceso les permite conocer la metodología para que puedan motivar la participación de los colaboradores”, añade.

Esta propuesta está enfocada desde la resiliencia o capacidad que tienen los seres humanos para afrontar la adversidad y desarrollarse a partir de esta. Es así que tratan de ayudar a las personas a manejar las dificultades emocionales que se les puedan estar presentando durante este contexto de pandemia. “El servicio que ofrecemos también aborda de manera preventiva el síndrome de agotamiento profesional y promueve la integración y pertenencia a la institución donde se trabaja, como un factor central para promover la resiliencia”, señala.

Finalmente, Aldana considera que la pandemia ha visibilizado y, en algunos casos, agudizado distintos problemas psicológicos entre la población. “No podemos decir que antes de la pandemia estábamos viviendo en una sociedad con bienestar psicológico, dado el alto índice de feminicidios, violencia familiar, entre otros. Es por ello que se requiere imaginar otros caminos: el priorizar formas de relación que sean respetuosas de las necesidades emocionales y de un desarrollo humano sostenible donde prepondere la empatía, el cuidado mutuo, la solidaridad y la creatividad en beneficio de todos y principalmente de aquellos que más lo necesitan. Nuestro emprendimiento está en esta línea”, sostiene.