Conversamos con la doctora Mariana Leguía, directora del Laboratorio de Genómica de la PUCP y especialista en temas de enfermedades infecciosas, para que nos aclare algunos temas acerca del coronavirus que han surgido en las últimas semanas como los peligros de la automedicación, el consumo de el dióxido de cloro y todo lo que se sabe hasta el momento acerca de las vacunas que se vienen desarrollando en el mundo.
Foto: PuntoEdu
Este coronavirus que es el SARS-CoV-2 pertenece a una familia de virus denominada coronavirus. Este tipo de virus se caracterizan por ser zoonóticos, es decir que tienen la capacidad de infectar a los animales y los humanos. En los humanos, estamos viendo que este virus afecta principalmente al sistema respiratorio.
Primero debemos entender que esta es una enfermedad relativamente nueva y que hay muchas cosas que aún no sabemos de ella. A medida que el tiempo vaya avanzando vamos a poder conocer con exactitud las secuelas que genera en los pacientes que se han logrado recuperar. Sin embargo, lo que estamos viendo en algunos casos es que algunas personas tienen secuelas a largo plazo, incluyendo cosas como mucho cansancio por tiempo prolongado, dificultades cognitivas, sensibilidad a la luz solar, tinnitus (silbido en el oído), entre otros.
La primera diferencia entre ambas pruebas es acerca de cómo diagnostican el virus. Las pruebas moleculares detectan directamente el genoma del virus y sirven para saber si una persona está infectada de coronavirus en el momento que se le realiza la prueba. Por otro lado, las pruebas rápidas, que en el Perú son pruebas serológicas, detectan la enfermedad de manera indirecta mediante los anticuerpos que circulan en la sangre. Al encontrar estos anticuerpos se asume que el paciente tuvo el virus en algún momento, aunque no se puede determinar exactamente cuando.
La otra diferencia es la portabilidad. La prueba rápida viene empaquetada y es portátil, es decir que la puedes movilizar a cualquier lugar y diagnosticar la enfermedad sin la necesidad de tener acceso a un laboratorio. Mientras que la prueba molecular requiere de infraestructura presente solo en un laboratorio de diagnóstico.
Aún no se tiene la certeza de eso. Lo que se sabe es que las personas que se han recuperado tuvieron una reacción inmune que neutralizó al virus, pero no sabemos cuánto tiempo esos anticuerpos neutralizantes se van a mantener en el organismo. En algunas enfermedades estos anticuerpos se mantienen casi de por vida, pero en otras enfermedades no es así. En estos momentos estamos viendo que, después de algunos meses, los anticuerpos neutralizantes pueden empezar a disminuir en algunas personas. Por eso sería irresponsable decir en estos momentos que una persona recuperada se vuelve inmune al virus para el resto de su vida. Sabemos que se vuelven inmunes, al menos por un tiempo, pero no sabemos si esa inmunidad será temporal, o para siempre, o si será igual en todas las personas.
El pulsioxímetro mide el pulso y la saturación de oxígeno en la sangre. Los niveles normales de saturación de oxígeno son por encima de 98 a 99 por ciento. Si una persona tiene una saturación menor a 94 por ciento es muy probable que requiera que se le administre oxígeno medicinal. Como sabemos, el coronavirus infecta los pulmones, lo que hace que se reduzca la oxigenación en las personas infectadas.
Por ello, es importante que la gente infectada tenga un pulsioxímetro, porque es una manera fácil y relativamente barata de monitorear su saturación de oxígeno. De lo que se trata es de evitar que el paciente tenga complicaciones serias por falta de oxigenación. De esta manera se podrá prevenir casos severos y evitar que las personas que se pueden tratar en casa con oxígeno, terminen en hospitales que están saturados de pacientes muy graves.
El dióxido de cloro es veneno cuando se ingiere. Lo peor es que no previene que una persona se infecte de coronavirus y, por el contrario, puede causar daños severos al organismo. Hoy en día los médicos en los hospitales están viendo a muchos pacientes que tomaron dióxido de cloro y que igual se infectaron con coronavirus. Esas personas llegan al hospital no solo con coronavirus, sino con úlceras en el estómago, con problemas cardíacos, y con un montón de otras complicaciones causadas por tomar dióxido de cloro.
Debemos entender que no existen curas milagrosas para este virus. Mucha gente dice haber escuchado testimonios de personas que se sanaron tomando este compuesto, pero esa no es una información clínica, sino información anecdótica. Yo diría que esas personas que se recuperaron lo hicieron a pesar de haber tomado dióxido de cloro, más no porque lo tomaron.
Básicamente el dióxido de cloro es lejía. Se usa para la desinfección de superficies u objetos, pero no es apto para el consumo humano, ni de forma interna ni externa. Aunque el dióxido de cloro y la lejía tienen fórmulas químicas distintas, en ambos compuestos el ingrediente activo es el cloro y eso no se debe consumir.
La automedicación es un tema prevalente en el Perú y muy peligroso. Las personas no deben automedicarse por ningún motivo. Al tomar medicamentos sin supervisión médica pueden debilitar su organismo y su sistema inmune, lo que podría complicar la salud de las personas que lleguen a infectarse con la COVID-19.
En el caso específico de la ivermectina, este es un antiparasitario que ha sido aprobado para el tratamiento de infecciones parasitarias, pero aún no hay evidencia científica que demuestre que este medicamento funciona para tratar personas infectadas con coronavirus. Y tampoco hay evidencia de que funcione para prevenir el contagio.
En el mundo existen decenas de vacunas contra el coronavirus que están en desarrollo. Es importante entender que las vacunas tienen tres fases de validación clínica por las que tienen que pasar antes de que salgan al mercado. Estas fases son necesarias para certificar que son seguras y efectivas. A nivel internacional existen alrededor de seis vacunas que ya se encuentran en la tercera y última fase de evaluación.
El tema de las vacunas de algunos países que se han apresurado en anunciar sus vacunas antes de publicar toda su información científica, es controversial, ya que se necesita tener toda la data clínica de todas las fases de evaluación antes de poder decir que la vacuna es segura y efectiva. Lo ideal es que todos los científicos del mundo puedan evaluar los datos crudos para que haya total transparencia, y para que no saquemos al mercado productos que no han pasado por las validaciones necesarias de manera completa. Aquí de lo que se trata es de sacar un buen producto, seguro y efectivo, más no de ser el primero y correrse el riesgo de que las validaciones no se hicieron bien.
Acerca de las otras vacunas que si se encuentran en la fase final de validación, y con los datos publicados, estas si están siguiendo todos los procesos adecuados y han compartido sus datos al mundo científico abiertamente. De esta forma se puede ver si la vacuna es segura, si hay efectos adversos serios, si hubo reacción inmune y demás información importante, a diferencia de las vacunas para las cuales no tenemos esa información.