Generación PUCP
20/07/2022

La Maldita Compañía: “si haces teatro, siempre vas a hacer comunidad”

Josue Castañeda, Sebastián Ramos y Brayan Pinto nos cuentan su experiencia en la compañía de teatro que nació en FARES y que hoy sigue vigente de manera autogestionada

“Si haces teatro, siempre vas a hacer comunidad”, resume el sentimiento que tienen Josue Castañeda, Sebastián Ramos y Brayan Pinto por “La Maldita Compañía”. Los #egresadosPUCP de teatro nos cuentan el proceso que vivieron al crearla hace seis años en la Facultad de Artes Escénicas (FARES) y que hoy mantienen vigente de manera autogestionada.

Cuentan que coincidir en horarios para realizar proyectos a veces es un dolor de cabeza porque también trabajan en otros lados y pudimos experimentar de primera mano que es cierto. Pero finalmente logramos ajustar los relojes y conversar con ellos sobre este proyecto.

La comunidad

Lo que más rescatan Josue, Sebastian y Brayan sobre su paso por FARES es haber cultivado una comunidad tanto profesional como personal. A diferencia de lo que puede pasar en otras carreras, las y los estudiantes de teatro conviven con su promoción (normalmente) en sus ocho cursos de actuación a lo largo de la carrera. Esto provoca que semestre a semestre observen de cerca el proceso y el crecimiento de cada uno.

“A mí, la PUCP me regaló la idea de comunidad. En la especialidad de teatro al menos, a diferencia de otras carreras, vamos como hermanos hasta el último año. Es un recorrido que vas conformando con un grupo humano que crece en colectivo. Y eso es lo que a mí principalmente me regaló a nivel personal: sentir que tenía una camada de personas alrededor mío que estaban apostando por lo mismo, que creían en mí y en quienes yo creía”, reflexiona Sebastián. 

Además, sienten que esta red de soporte involucra también a sus maestros y maestras quienes les han apoyado más allá de las aulas:

“La relación con los profesores es bien fuerte porque a veces te enseñan durante un año o incluso más, y no somos tantos. Eventualmente terminas la carrera y siguen dándote la mano, dispuestos a conversar, te consideran para trabajar y, en general, como una referencia. Siempre están ahí y eso es súper bonito”, precisa Josue.

“No te sientes solo al ser egresado de la PUCP, de la especialidad de teatro (el TUC tiene un poco más de 50 años). Ser egresado de esa familia también te sostiene en el tiempo. Hasta ahora seguimos trabajando con nuestros maestros. Es una familia fuerte y sólida”, rescata Sebastian.

La Maldita Compañía

Sin embargo, en el 2016, Josue Castañeda sentía que necesitaba un espacio extra donde él y sus compañeros pudieran seguir explorando algunos temas más personales (además, tenía mucho interés en dirigir y veía que su promoción era súper curiosa). Es así que convoca y crea “La Maldita Compañía”, un grupo de entrenamiento para actores, un espacio de investigación-creación, un laboratorio de un año. 

Por la misma curiosidad de sus integrantes, hay varias características inusuales de este grupo. Josue nos cuenta que las compañías teatrales normalmente tienen pocos integrantes, pero ellos nacieron con 16 personas, por ejemplo. No tienen un director tampoco. Trabajan de manera horizontal con comisiones y toman decisiones democráticamente (algo que a veces los traba, pero que siguen manteniendo). Nadie está fijo en un puesto. Pueden dirigir, en la siguiente actuar y luego producir. Es un apoyo mutuo constante.

La compañía se creó cuando la promoción de Josue, Sebastián y Brayan estaba en la Facultad, pero ahora ya egresaron y la mayoría labora también en otros lugares. Ya no tienen el tiempo ni el soporte que tenían como estudiantes, pero se mantienen unidos luego de seis años porque sigue siendo un espacio seguro donde pueden crear, explorar ideas propias y donde saben que recibirán apoyo.

Si haces teatro, siempre vas a hacer en comunidad. Pero algo que rescato es que en el 2016 Josue Castañeda nos convoca a varios actores de la promoción a formar parte de una compañía teatral (que al principio era un grupo de entrenamiento para actores) y creo que ahí la sensación de comunidad fue muchísimo más perenne y más palpable”, recuerda Brayan.

Teatro en pandemia y virtualidad

“La Maldita Compañía” sirvió como un espacio de exploración que incluso ayudó a sus integrantes a ahondar en sus tesis de licenciatura. “Ese fue el primer año, un prueba y error de un montón de cosas que tenía en la cabeza y que los chicos también querían compartir”, comenta Josue.

Ya en el segundo año se plantearon ir más allá. La universidad les apoyó, potenció su quehacer y lograron montar algunas obras. Cuando egresaron, lograron sostener sus intenciones de crear y hoy son una compañía independiente autogestionada que, además, ha vivido una pandemia.

No fue fácil para ellos enfrentarse a ese escenario. Surgieron cuestionamientos hacia su quehacer, su profesión y, en general, removió muchos sentimientos. Se dieron cuenta de que no había un público educado en cultura, de hecho fue el último sector en ser apoyado por el Estado. Pero también lograron reafirmar su profesión y sienten que lo que aprendieron en la universidad fue esencial para mantenerse vigentes. Finalmente, cuando todo empezó a migrar a la virtualidad, no se quedaron atrás y lograron sacar adelante cuatro obras virtuales: ARI; Muy mala poesía para muy malos tiempos; Perro que ladra, gato que avanza; y Skip Ad Omitir 2020.

“Gestionarlas fue todo un reto. Nos surgieron muchas preguntas: ¿Cómo editamos un video? ¿Cómo hacemos la publicidad? ¿Cómo diseñamos el afiche? Creo que aprendimos bastante, pero de todas formas no había punto de comparación. El teatro, para mí, no tiene sentido si no es presencial, pero no por ello renuncio a la idea de seguir haciendo teatro de forma virtual. Recuerdo que en el ambiente académico era algo que se debatía. La disputa era: ¿Esto es teatro o no? Y después venía la clásica pregunta: ¿Qué es teatro? Personalmente, no me importaba definir si lo que estaba haciendo era o no teatro. Lo que disfrutaba era seguir actuando porque, principalmente, me dedico a actuar y, si lo hago a través de una computadora, en un teatro o frente a una cámara, para mí está excelentísimo”, afirma Brayan.

Cada una de las obras significó un aprendizaje. Gracias a esa experiencia, hoy incorporan con más facilidad algunos recursos audiovisuales (algo que para Sebastián habría sido impensable proponer antes de la pandemia). Al principio, las obras virtuales tampoco eran muy atractivas porque “competían con Netflix”, producciones con mucho presupuesto y muy elaboradas. Pero eso no les detuvo, sino que les impulsó a esforzarse y ser mejores versiones de sí mismos.

Ahora están trabajando en una obra que planean estrenar en octubre. Estará dirigida por Vanessa Zeuner, integrante del grupo, y continúan explorando el universo teatral con el aporte del equipo. Algunas ideas que pueden adelantar son que tendrá mucho humor, quieren que el público la pase bien, pero también quieren tocar algunos temas como el género, la muerte y el aprendizaje. Tendrá mucho color porque Vanessa ha propuesto explorar escénicamente a partir de la cumbia, los ritmos afro, el canto y la danza. Habrá música en vivo, coreografías y videos. Síganlos en Instagram para todos los detalles.

Lxs miembros actuales son: Josue Castañeda, Sebastián Ramos, Brayan Pinto, Vanessa Zeuner, Diego Pérez, Andrea Brissolese, Daniela Zea, Beatriz Ureta, Carolay Rodríguez, Augusto Gutiérrez, Carlo Mario Pacheco, Francesca Correa.


 

Josue Castañeda Campos es licenciado en teatro PUCP con la beca R.P. Jorge Dintilhac. Es director de teatro, docente e investigador teatral. Magíster en Dirección Teatral por la Universidad de Columbia, Nueva York, con la beca de la Fundación Schubert. Ganador del Prince Claus Seed Award 2021.

Actual Jefe de Investigaciones del Teatro La Plaza. Ha estado a cargo de más de una docena de espacios de formación teatral a nivel nacional (ENSAD, PUCP) e internacional (Barnard College, EEUU; Universidad Nacional, Costa Rica). Ha dirigido los montajes: Hacerse hombre: ejercicios para repensar la masculinidad | Lima, 2018; Judith de Jean Giraudoux | Lima, 2019; an album of delayed images | coproducción Perú – EEUU, 2021; y toda vergüenza toda | Lima, 2022, gracias a la fundación Prince Claus y el Instituto Cultural Peruano Norteamericano.

Sebastián Ramos Mestanza es licenciado en teatro PUCP. Actor. Miembro fundador del grupo teatral La Maldita Compañía. Se ha desempeñado en roles como actor, cantante, bailarín, docente, director teatral. 

Actor en “toda vergüenza toda“, “El rancho de los niños perdidos”, “Pequeños héroes» del proyecto TRILOGÍA, «Ausentes” proyecto escénico (FAE Lima 2017), entre otras. Director y actor de la obra virtual “Perro que ladra, gato que avanza”, presentada en el FAE Lima 2021. Ha participado como bailarín en las piezas “Políticas de contacto cero”, “Líneas”, “Ecosistema” (Santiago a Mil 2018) y “Ceder” (Danza Nueva 2019).

Brayan Pinto Guillen es licenciado en teatro PUCP. Miembro del grupo teatral La Maldita Compañía. Actor peruano de teatro, tv y cine. Se ha desarrollado en estilos como la comedia, el drama y la composición física. Posee habilidades físicas circenses como acrobacias, heels, zancos, telas aéreas, y dibujo y pintura en las artes visuales.

Trabajó como director artístico en el montaje “La Disputa” (2019). Actor en montajes como: En altamar (2016), Absurdos (2016), Hacerse Hombre (2018), Varieté Chopin (2019), Primero a las 10 (2020), Muy mala poesía para muy malos tiempos (2021), Toda vergüenza toda (2022) y GayPlay (2022). En cine trabajó en “Encintados” , “El cuatrila” y “La herencia de Flora”, y también participó en festivales nacionales e internacionales como: “Sala de parto”, “Festival de Directores Aranwa”, “48 hour film project” y  “Saliendo de la caja XXI”.