Hablar de Fernando Iwasaki es referirse a uno de los más preciados escritores peruanos. Sus obras, al igual que él, son versátiles en pensamientos e ideas, temáticas de la vida amorosa y cotidiana de la humanidad. No tiene una sola partida de nacimiento, su genealogía familiar está conformada por una variedad de nacionalidades, entre japonesa, ecutoriana e italiana, corren por su sangre.
Aunque suene paradójico, al igual que sus raíces, Iwasaki tiene una diversidad de vocaciones, disfruta enseñar, ama la historia, le gustan los animales, la música, el dibujo y la cultura. Goza de largas tertulias y reflexiones, que conllevan a un sinfín de experiencias y recuerdos que tiene para compartir de su vida.
Realizó sus estudios superiores en historia en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde obtuvo el grado de bachiller con la tesis Simbolismos religiosos en la metalurgia prehispánica (1983). “Yo quería estudiar historia porque me encantaba, pero no era mi primera vocación, estaba en el quinto lugar de las carreras de prioridades”, mencionó.
A pesar de las imposiciones familiares en la elección de su carrera y los prejuicios que existían. Para Fernando, era un sueño que Jose Antonio del Busto, Luis Jaime Cisneros, Jorge Morelli, le enseñase. “Para mí, ellos fueron un estímulo para estudiar en La Católica”, agregó. Su pasión por la historia hizo que estudie un doctorado en historia de América y se convierta en investigador en el Archivo de Indias de Sevilla.
La historia permitió a Fernando hacer un archivo del mundo y poder iniciar su actividad en la literatura y el periodismo. Inició escribiendo ‘Tres noches de corbata’ en 1986, cuento que abrió el paso en el mundo de la literatura. A partir de ese momento ha escrito un total de once cuentos, dos novelas, nueve ensayos, siete crónicas, tres antologías y seis historias. Sus relatos han sido recogidos en diversas antologías de España y América Latina, y su obra ha sido traducida al checo, ruso, inglés, francés, italiano, rumano y coreano.
Ha ganado diversos premios por sus obras literarias, con un estilo muy particular, tiene algunos referentes literarios importantes, como el cubano Guillermo Cabrera Infante, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.
Algunos de sus premios que comparte orgullosamente son III Premio Excelencia de la Persona en el Ámbito Iberoamericano (2019), III Premio Villa de Íscar (2019), IX Premio Málaga de Ensayo (2017), Premio Don Quijote de Periodismo (2015), entre otros premios recibidos.
Fernando nunca imaginó poseer hoy en día diversos reconocimientos, pues no pretende hacer de ellos un negocio, más si considera que “los premios solo sirven para darte cuenta si sirves para ellos”.
En 1989 cuando se trasladó a España, inició escribiendo para Diario 16, periodico español que le abrió puertas en la prensa escrita. “Cuando llegue a Diario 16, no querían apostar por mí, porque en España había mucha gente que escribía libros, y no era razón suficiente para aceptarme en el periodico. Pero, gracias a José Miguel Ullán y Antonio Alferez puede comenzar escribiendo en el diario.
Acaba de estrenar su libro ‘Brevetes de historia universal’ donde visualiza algunos personajes icónicos y heroicos del Perú, con la finalidad de que sean recordados y visibilizados. “En una parte del prólogo señalo que escribí el libro para los peruanos, en la misma edad que Arguedas falleció, con 58 años. Me he puesto a pensar que si yo muero no tendría nada que dejar. A través de este libro, quiero decir que no nos olvidemos, hablemos de ellos y ellas que son historia en nuestro país. A lo mejor en el libro habrá alguna historia que un peruano sienta y concierne”, dijo.
Iwasaki recuerda la PUCP con anhelo y gratitud. Pues, además de ser su alma mater, contribuyó con la enseñanza de historia por más de seis años. “La PUCP es una gran universidad. Estoy seguro que un joven profesional graduado en la PUCP no tiene nada que envidiarle a otro profesional en Europa.
Actualmente, es profesor titular en la Universidad Loyola Andalucía. Escribe literatura esporádicamente. Es columnista del diario ABC de Sevilla desde el año 2000 y colaborador del diario El País. Desde 1989 reside en Sevilla, donde continúa enseñando.