Comunidades en el extranjero La voz del egresado
12/08/2022

PEDALEANDO EN TIEMPOS DE GUERRA

Francisco Huaman, egresado de ingeniería industrial por la PUCP, nos comparte sus reflexiones sobre los efectos del conflicto Rusia - Ucrania y sus efectos en los Países Bajos económica, política y culturalmente.

Desafortunadamente mucho se dice y poco se sabe sobre la Guerra entre Ucrania y Rusia. Parece increíble que en pleno siglo XXI tengamos una guerra de esta magnitud o una guerra en general, cuando nuestro planeta tiene tantas razones por la cual trabajar incluyendo tanta hambre y pobreza, escasez de recursos naturales, cambio climático, entre otros. Para muchos expatriados, como en mi caso, no ha sido nada fácil afrontar los cambios desde que comenzó la guerra, naturalmente como consecuencias directa o indirecta. 

En el plano económico, las consecuencias directas son el incremento de precios en algunos alimentos procedentes de Ucrania debido a la escasez, como es el caso de granos, cereales, harina y aceites. Al igual que la inflación global en el mercado de productos de distintas categorías. Y probablemente lo más extremo sea el precio del combustible, pues desde el mes de marzo Rusia decidió cortar el suministro de gas a muchos países europeos, en respuesta a las diversas sanciones que recibieron. En consecuencia, ha incrementado el precio del gas/m3 multiplicándose por 2 – 2.5, su precio normal, y obviamente las facturas mensuales en casa de cada usuario.

En cuanto a plano financiero, también se ven problemas desde que los bancos rusos han sido desconectados del sistema SWIFT, no se puede enviar dinero a Rusia casi por ningún medio. Las plataformas virtuales como TransferWise, Paypal, Zoom, entre otras, han decidido suspender las transferencias. Cabe destacar que si por suerte encuentras cómo enviar dinero, hacer pagos o comprar insumos en Rusia, tendrás que costear montos o comisiones exorbitantes por cada transacción. La única solución por el momento que hemos encontrado para enviar dinero es vía criptomonedas que no pasa el control directo del gobierno ruso.

Por el lado sociocultural, bien se sabe que no se puede viajar a Rusia fluidamente porque muchas aerolíneas han decidido suspender sus vuelos desde distintas capitales europeas y las pocas conexiones que hay desde el continente tienen precios por las nubes, lo más recomendable pero no barato es entrar por el lado asiático a Rusia. Todo esto claro está, aleja más a Rusia del Occidente. Personalmente, no puedo ni siquiera visitar a mi familia por allá ni ellos pueden entrar a Europa pues muchos centros de visa Schengen, consulados o embajadas en Rusia no están funcionando o atendiendo con normalidad. 

Cabe destacar la solidaridad de muchos holandeses y expats que abrieron sus hogares para dar hospedaje a refugiados ucranianos. Así mismo, diversos grupos se unieron voluntariamente para llevar alimento y provisiones de primera necesidad. El gobierno por su parte, otorgó visa de trabajo y un subsidio mínimo para los refugiados registrados.

Nadie sabe cuánto dure esta guerra, ni cómo vaya a terminar, pero lo que sí sabemos es que mientras dure las cosas no serán nada fáciles. Como expatriado, padre, esposo, inversionista, trabajador y emprendedor puedo decirles que la guerra que comenzó el último febrero, incluso terminando hoy o mañana, dejará mucha inestabilidad o recesión de muchos años en Holanda y en toda Europa.