Actor icónico de teatro, cine y televisión de nuestro país, egresado de nuestra casa de estudios. Él cuenta con más de 50 años de experiencia en el mundo del arte, en los que ha participado en las más reconocidas obras, series y películas peruanas.
Siempre se dice que lo que se hereda no se hurta. Este es el caso de Gustavo Bueno, quien conoció el mundo del arte gracias a su madre, Rosa Wunder, una reconocida actriz peruana que le inculcó la pasión por la actuación. “Yo tuve vinculación al teatro desde muy niño, gracias a mi madre que era actriz. Por eso yo conocía a muchos actores e iba frecuentemente a las obras de teatro”, expresa.
A pesar de la influencia de su madre, Bueno tenía otras aficiones tales como dibujar, por lo que al principio quiso estudiar Arquitectura, aunque terminó inclinándose por la actuación e ingresó a la Escuela de Teatro de la Universidad Católica (TUC). “No tenía un interés especial por dedicarme a la actuación, pero tenía muchos amigos que habían ingresado a la PUCP. Un día pasaba con mis amigos por el TUC y los animé a postular, pero yo no podía ingresar porque no era alumno de la Universidad. Es en ese momento que decidí postular a Letras en la PUCP y así tener el derecho oficial de pertenecer al TUC”, recuerda.
En el TUC compartió grandes momentos con quien después se convertiría en uno de sus grandes maestros y referentes: Ricardo Blume, director de esta escuela por aquella época. “Ricardo me conocía desde antes gracias a mi madre. Cuando ingresé se acordaba de mí. Él era muy dedicado. Ponía mucho énfasis en la manera de decir las cosas y la dicción, por eso nos ponía ejercicios constantes para mejorar en ese aspecto”, manifiesta.
En 1985 su popularidad se disparó al participar en la recordada película de Francisco Lombardi, ‘La Ciudad y los Perros’, convirtiéndose en un actor representativo del medio local. “En esa época yo había interpretado al teniente Gamboa en una serie de televisión que realizó la productora ‘Iguana’. Paralelamente, Francisco Lombardi estaba organizando la filmación de ‘La Ciudad y los Perros’. Al principio esta película iba a ser coproducida por México y Perú, por lo que iba a venir un actor mexicano para hacer ese papel, pero al final no se concretó. Coincidentemente, el jefe de casting de la película era el mismo que el de la serie en la que yo había participado, entonces él me recomendó con Pancho. Ahí lo conocí y fue el comienzo de una amistad entrañable”, señala.
Bueno nos cuenta el origen de la icónica frase del teniente Gamboa, la cual se volvió una leyenda del cine peruano. “Esa frase no era parte de la novela ni del guión. Estábamos buscando una expresión que reflejara la personalidad autoritaria del personaje. En ese momento, Ramón García propuso una idea similar a la que le dimos vueltas hasta que surgieron esas famosas palabras: ¿Qué me mira, cadete? ¿Quiere una fotografía mía calato?», recuerda.
A lo largo de su carrera profesional ha actuado en numerosas obras teatrales, pero hay algunas a las que les guarda especial cariño y gratitud. “En el teatro recuerdo dos obras. Una es ‘Cita a ciegas’ que hice con Pancho y donde trabajé al lado de Carlos Gassols, Ana María Jordán y Wendy Vásquez. También recuerdo mucho ‘Una gata sobre el tejado caliente de zinc’, la cual dirigió Joanna Lombardi», señala.
Sin duda alguna, uno de sus personajes más entrañables y queridos es el de ‘Don Gilberto’, el cual interpretó en la exitosa serie de televisión ‘Al Fondo Hay sitio’. “Ese personaje me dio mucha satisfacción. ‘Al fondo Hay Sitio’ fue un hito en la televisión peruana. Estuvo al aire durante ocho años, eso es un récord mundial para una serie de emisión diaria”, afirma.
Otra de sus grandes pasiones es el fútbol. Él es uno de los hinchas más acérrimos del Club Centro Deportivo Municipal, al cual va a alentar cada vez que puede. “El fútbol es una pasión popular. Soy del Muni gracias a mi papá. Él siempre me llevaba al estadio y desde ahí soy un hincha fiel. Espero ver al Municipal campeonar en el fútbol peruano. Es un anhelo que tengo”, finaliza.
